domingo, 11 de diciembre de 2016

LA FUERZA DE LA INTENCIÓN O PROPÓSITO

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Decía Carlos Castaneda que hay en el Universo una fuerza inconmensurable, indescriptible, que los chamanes llaman “propósito” (intención), y absolutamente todo lo que existe en el cosmos está ligado al “propósito” por un vínculo de conexión.

Como dice Wayne Dyer, en su libro El Poder de la Intención, hay personas con una firme voluntad de alcanzar lo que más desean en sus vidas y no hay nada que pueda obstaculizar ese deseo hasta llegar a alcanzarlo. Si eres de esas personas que tienen esa actitud de alcanzar aquello que te propones, estás en el Campo de la Intención.

Este concepto de “intención o propósito” es mucho más que la decisión del ego o la voluntad individual, es una conexión con nuestro Espíritu que nos lleva a las más altas cotas en cuanto a las metas de nuestra vida de forma inspiradora (animación interna). Como decía Castaneda, esos chamanes, cuando beben de la Fuente, les señala el camino de realización, consiguiendo todo aquello que se proponen. Por eso, intención es la fuerza que hay en el Universo a la que podemos conectarnos en cualquier momento, aunque ella siempre está conectada a nosotros. Es más, para llegar a ella, hay que desconectarse del ego.

Muchos investigadores consideran que esa energía, ese campo, está en constante interacción con nuestra inteligencia, creatividad, imaginación, motivación, intuición. David Bohm, el físico estadounidense, que hizo importantes contribuciones en los campos de la física teórica, la epistemología, y la neuropsicología, decía que se puede recurrir a esa fuente de energía en momentos de necesidad y, esto, parece que tiene mucho que ver con lo que nos dice la Biblia (Mateo 7:7) y Un Curso de Milagros (UCDM) en el Capítulo 8, apartado III. El encuentro santo: 2Pide y se te dará, pues ya se te ha dado. 3Pide luz y aprende que eres luz. 4Si quieres tener entendimiento e iluminación aprenderás que eres luz, ya que tu decisión de apren­der esto es la decisión de querer escuchar al Maestro que sabe de luz y que, por lo tanto, puede enseñarte lo que ésta es. 5No hay límite en lo que puedes aprender porque tu mente no tiene lími­tes.

Hay también dos libros muy interesantes al respecto de Lynne McTaggart: El Campo, y El Vínculo de numerosas investigaciones que apuntan en esta dirección.

Esa fuerza está en todo lo que hay en el Universo. Todo tiene un propósito intrínseco. Viktor Frankl, padre de la Logoterapia decía: “Toda persona tiene su propia misión o vocación específica en la vida…en ella no puede ser reemplazada, ni su vida repetirse. De modo que la tarea de cada una es tan única como su oportunidad específica para llevarla a cabo”. 

En nuestra Fuente reside la intención, lo controla todo. Sólo cuando crees estar separado de Ella, es cuando la desactivas de ti. El Amor es la energía de nuestra Fuente, el miedo de nuestro ego. Como dice UCDM en el Capítulo 2 Los Orígenes de la separación, apartado I Los Orígenes de la separación: 4. Todo miedo se reduce, en última instancia, a la básica percep­ción errónea de que tienes la capacidad de usurpar el poder de Dios. 2Por supuesto, no puedes hacer eso, ni jamás pudiste ha­berlo hecho. 3En esto se basa el que puedas escaparte del miedo. 

Albert Ellis, uno de los padres de la psicología cognitiva, manifiesta que la base de todos los problemas humanos está en la necesidad-perturbación (Musturbatory) que nos generamos, también llamadas “debotitis” por parte de los psicólogos cognitivos. Una debotitis es una “inflamación de los "debo o tengo que”. Es decir, exigencias que establecemos en relación a: 1) Nosotros mismos. 2) Los demás y 3) La vida, las cosas, Dios. Cuando hacemos estas debotitis jugamos a ser Dios, a usurpar su lugar. Si es en relación a  nosotros, cuando hacemos algo que no nos gusta y nos sentimos culpables, decimos: “Yo no tendría que haber actuado así”. Claro está, el hacer esta afirmación es porque uno cree firmemente que tendría que ser Dios para no errar. Si es en relación a los demás: “Fulanito no tendría que haber hecho lo que ha hecho”. De nuevo afirmamos esto porque consideramos que nosotros somos quiénes determinamos el comportamiento de los otros. Y, en tercer lugar, en relación a la vida, las cosas o Dios, decimos cosas tales como: “La vida debería ser distinta a como es”, “La cosas deberían ser distintas a como son” o “Dios no tendría que haber permitido que ocurriesen tales cosas”. De nuevo usurpamos el poder de Dios, como dice UCDM porque consideramos que somos nosotros quienes deberíamos determinar cómo tiene que ser la vida, cómo tienen que ser las cosas o cómo tiene que actuar Dios.

Si dejamos de usurpar ese poder de Dios, aceptamos Su maravillosa dirección, y nos dejamos envolver por su sabia intención siempre llegaremos a buen puerto.

El poeta Sukla Yahur lo expresa muy bien (extraído del Poder de la Intención de Wayne Dyer):
Oh, Señor, tú que estás en los bancos de arena,
y en medio de la corriente también,
ante ti me inclino.
Tú que estás en los guijarros
y la calma extensión del mar;
ante ti me inclino.
Oh, Señor omnipresente,
que estás en la tierra yerma
y entre las multitudes,
ante ti me inclino.

Cuando te inclinas ante tu Fuente, lo único que haces es inclinarte ante ti mismo, pues esa fuerza sólo sabe dar a Su Hijo, lo mejor de ella, Amor.

Espero haya sido de tu agrado esta lectura.

Te agradecería la compartieses con tus contactos, puede que ayude a muchos.

Un fuerte abrazo.

Juan Fernández Quesada.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¡Hola Isabel!: Como dice UCDM pide a tu Espíritu lo que deseas y no te quepa duda de que hallarás la respuesta adecuada. Un besín.

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