La mente reside en todas las
partes de nuestro cuerpo. No es algo que, como creen muchos, está ubicado en el
cerebro. Cuando se siente la mente está presente.
La filosofía budista nos
dice que suceden 4 procesos importantes:
1)
La
conciencia (parte receptiva de la mente): es la atención
indiferenciada. Llega a nosotros un estímulo, bien sea físico o mental, y lo
importante es ver esta información en bruto, sin hacer juicios, sin etiquetar o
calificar.
2) La percepción:
este es un proceso de reconocimiento, algo que ya teníamos experiencia de ello.
Tiene que ver con la identificación. Identificar es darnos cuenta de que eso ya
lo habíamos visto, oído, sentido, etc., antes. Aquí sí hay un proceso de
categorización o clasificación de los datos y se hace una evaluación positiva o
negativa.
3)
La
sensación: la señal de que algo está sucediendo. Toda sensación es
neutra mientras no se evalúa, pero al valorar la información entrante, esta
sensación se transforma en placentera o en desagradable.
4) Si la consideramos agradable deseamos
intensificar o prolongar esa experiencia, si es desagradable, deseamos
detenerla, rechazarla o alejarla. Es decir, la mente reacciona con atracción o con rechazo.
Por ejemplo, supongamos que
aparece un estímulo auditivo, la conciencia se da cuenta de él, si la
percepción la reconoce como palabras, hay una evaluación de si hay
connotaciones positivas o negativas y entra en juego la sensación: Si nos
sintiésemos disgustados, porque fuesen insultos se activaría una reacción de
rechazo. Por lo tanto, estos procesos, conciencia, percepción, sensación,
reacción, siempre entran en juego cuando alguno de los sentidos es estimulado.
Nuestras reacciones se almacenan en la memoria para generar respuestas
automáticas. De esta forma la percepción trata de producir automatismos ante
las experiencias acumuladas, pero esto es un problema cuando reaccionamos con
tanto automatismo que no podemos reevaluar lo que está sucediendo. En este caso
hemos quedado condicionados por experiencias pasadas. Vemos las experiencias nuevas con ojos del pasado.
Entonces, como decía
Krishnamurti “el conocimiento es el residuo de la experiencia, de la
información acumulada de la raza, de la sociedad, de la ciencia. Toda la acumulación
del esfuerzo humano como experiencia científica o personal, es conocimiento. El
conocimiento psicológico, el conocimiento de que quiero esto, de que he
experimentado esto, de que creo en esto y de que ésta es mi opinión. Todos los
residuos psicológicos de las experiencias de uno y de las experiencias de la
humanidad almacenadas en la memoria forman el pensamiento y éste siempre es
limitado. Por eso, cualquier acción nacida de de él tiene que ser
inevitablemente limitada, no armoniosa, contradictoria, decisiva y conflictiva…
Esto es lo que entendemos por conocimiento psicológico. Por ejemplo, he
acumulado psicológicamente una gran cantidad de información sobre mi esposa.
Ésta puede ser correcta o incorrecta, dependiendo de mi sensibilidad, de mi
ambición, codicia, envidia o expectativas, cosas que dependen de mi actividad
mental propia. Este conocimiento limita la observación real de la persona, que
es un ser vivo. Evito enfrentarme a ese ser vivo porque tengo miedo. Es mucho
más seguro tener una imagen de esa persona que ver a la persona real”.
Por lo tanto, como
conclusión: PARA COMPRENDER LA REALIDAD, HAY QUE DESPOJARSE DEL CONTENIDO DEL PASADO.
Entonces, te aconsejo, que,
por ejemplo, cuando vuelvas a observar a tu pareja, hazlo como si fuese la
primera vez que la vieses. Obsérvala con detenimiento y captarás aspectos que
nunca antes habías sido consciente de ellos.
Espero que te haya sido
agradable esta lectura y te ayude a no cargar tus presentes de tanto pasado.
Un abrazo.
Juan Fernández Quesada.
Pues es cierto porque el pasado deja de formar parte de la realidad del hoy, más de lo que nos imaginamos y a veces es inutil quedarse atrás con cosas que no sirven.
ResponderEliminarA por ello, por un presente libre
Genial,como siempre. Gracias
ResponderEliminarGracias, Jesús. Espero que tu mente cada vez esté menos condicionada por el pasado. Recibe un fuerte abrazo y que disfrutes plenamente de estas fiestas de renacimiento.
ResponderEliminarGracias, Isabel, por tu participación. Cuando tomamos conciencia de todo esto y MIRAMOS CON OJOS NUEVOS, las experiencias que vivimos se hacen diferentes. Ya, las personas con las que convivimos, nos parecen diferentes. nos damos cuenta de detalles que quizás antes no nos habíamos percatado. Un besín y que pases unos días en Paz y Amor.
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